Estaba en Tlacotalpan, con el sol atravesando las nubes como cuchillo. La luz caía oblicua sobre las fachadas coloniales y el río, ese viejo lomo oscuro que serpentea al borde de la ciudad, se movía apenas, como si respirara. Acababa de tomar una fotografía —una de esas que no se buscan, pero te encuentran— cuando … Sigue leyendo Cuando el Papaloapan me habló
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