La otra versión del Pescado a la Veracruzana
Un clásico que nació de la mezcla colonial y hoy se disfruta entre historia, sabor y anécdotas sorprendentes.

Imagina la escena: época colonial, marineros españoles agotados tras cruzar el Atlántico desembarcan en Veracruz en plena Cuaresma. La carne estaba prohibida, así que improvisaron con lo que tenían a la mano: pescado fresco del Golfo –huachinango o robalo–, jitomates recién descubiertos en tierras americanas y chiles con su picor preciso. A esto le sumaron aceitunas y alcaparras traídas en los galeones. El resultado: una fusión inesperada, adaptación del pescado a la vizcaína que se convirtió en leyenda.
Con el tiempo, el Pescado a la Veracruzana dejó de ser una receta de emergencia para transformarse en símbolo de identidad culinaria. Hoy, rastrear su origen exacto es tan difícil como encontrar un tesoro hundido: circulan crónicas, rumores y hasta relatos curiosos en festivales. Uno de ellos cuenta que, en 2025, un chef decidió “emborrachar” el platillo con un toque de mezcal veracruzano durante Semana Santa, provocando ovaciones al recordar las antiguas rutas comerciales que trajeron los ingredientes europeos.
Este platillo es más que comida: es un puente entre mundos. Refleja el mestizaje que dio forma a México: jitomate y chile indígena, aceitunas y alcaparras españolas, con variantes que incluyen influencias africanas. Su salsa brava, salada y ácida, evoca las tormentas del Caribe. En 2024 y 2025, cronistas y gastrónomos lo señalaron como ejemplo perfecto de cómo la colonia transformó nuestra cocina, convirtiendo un sustituto de Cuaresma en un clásico eterno.
Adaptaciones y guiños modernos
Aunque la receta tradicional es reina indiscutible, chefs contemporáneos no se resisten a reinventarla. En 2025, un creador de El Cocinero en Proceso presentó una versión con costillas ahumadas en vez de pescado, fusionando mar y tierra con gran éxito en redes. En un evento de Univision, cocineros jugaron con puré de tomate y pimientos rojos para darle un aire “100% mexicano”. Pero al final, nada iguala al original: huachinango fresco en salsa de jitomate, aceitunas, alcaparras y hierbas aromáticas.
Dónde saborearlo en Veracruz
Si vienes de visita –o si eres local y quieres redescubrir tu tierra– aquí te dejamos una ruta gastronómica que combina platillo, cultura y mar:
- Villa Rica Mocambo (Boca del Río): clásico frente al mar, acompañado de arroz blanco y plátanos fritos. Después de comer, un paseo por el Malecón y el Acuario.
- Namik Restaurante (Puerto de Veracruz): versión elegante y moderna, ideal tras recorrer el Zócalo y el Baluarte de Santiago.
- La Fishque Mariscos (Veracruz): fresco y abundante, a minutos de San Juan de Ulúa, fortaleza que vio llegar las especias europeas.
- Mariscos Villa Rica Costa de Oro: tradición pura en zona turística, cerca del Museo Naval y su historia marítima.
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Mariscos Tano: Un clásico con menciones específicas al pescado a la veracruzana en reseñas, calificado como excelente por su sabor tradicional y precios accesibles.
Seas turista o veracruzano de corazón, el Pescado a la Veracruzana es un viaje en sí mismo: huele a aventura, sabe a historia y se disfruta como un ritual compartido. Ven, pruébalo y descubre qué anécdota contarás después de tu primer bocado.