TRADICIÓN

¿Qué árbol voy a poner esta Navidad?

Una reflexión sobre la ética, la memoria y el valor de honrar lo que vive más allá de una temporada.

Hay decisiones que hacemos cada diciembre sin mayor ceremonia, casi por inercia. Poner un árbol de Navidad, por ejemplo. Pero para quienes crecimos en la costa veracruzana, donde el mar dicta ritmos y las plantas sobreviven a punta de sol, viento y paciencia, elegir un árbol navideño no es solo cuestión de estética: es un pequeño acto ético que nos coloca frente a lo que valoramos.

Pienso en los árboles naturales que vemos en las salas: antes de ser adorno, fueron vida que tardó años en levantarse. Y aunque adornarlos puede ser un gesto hermoso, me pregunto siempre qué pasa después. ¿Los tratamos con la misma gratitud con la que disfrutamos su aroma? ¿O terminan, como tantas veces he visto en enero, abandonados en una banqueta, como si la magia se hubiera agotado junto con las fiestas? Lo mismo pasa con los artificiales: si van a existir, que sea para durar, para acompañar veinte navidades, no solo una.

Y luego están las alternativas que pasan desapercibidas pero sostienen otro tipo de belleza: un árbol en maceta, por ejemplo. Mi vecina tiene uno desde hace casi una década. Lo riega, le habla, lo gira para que reciba mejor la luz. Para ella, la Navidad no empieza cuando enciende las luces, sino cuando revisa cómo van sus raíces. Ese árbol la acompaña, y eso cambia la intención del gesto.

Al final, la pregunta no es si el árbol es natural, artificial o vivo. La pregunta es cuánto cuidado ponemos en lo que elegimos llevar a nuestra casa. Porque la Navidad no solo se cuelga en las ramas; también se sostiene en la ética cotidiana, esa que aparece cuando decidimos honrar lo que respira, lo que crece, lo que nos acompaña un poco más allá de diciembre.

Así que sí: sigo preguntándome qué árbol voy a poner. Pero cada año entiendo algo nuevo. No es el árbol lo que define la Navidad, sino la conciencia con la que lo elegimos.

El café ya huele a Navidad

Juan Carrera

Joven reportero que conoce todos los callejones de Veracruz, empezando por Veracruz Puerto y Boca del Río.

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