GUSTO

Casey, café y pastelería entre Coatepec y Xalapa

Una joya dulce donde el café veracruzano y la repostería artesanal de toque británico se encuentran con el sabor de las historias bien contadas.

He probado café en Estambul, en una terraza con vista al Bósforo. Lo he bebido en Florencia, mientras saboreaba un cannolo siciliano. También en Buenos Aires, donde el café viene con charla incluida y medialunas que saben a hogar. Pero nada me preparó para lo que sentí al entrar a Casey, en Plaza Bosque Briones, Xalapa.

No soy experta. Lo que sé del café y los postres lo aprendí viajando, probando, equivocándome, repitiendo. Lo mío es pura intuición, pero también es pasión. Y por eso, cuando algo realmente bueno se cruza en mi camino, lo sé de inmediato. En Casey lo supe desde la puerta: el aroma a café recién hecho, la vainilla flotando en el aire, y esa vitrina de postres que parecía un desfile de joyas dulces.

Puro sabor refinado

El carrot cake fue mi primer encuentro con la dulzura veracruzana pasada por un filtro británico. Suave, húmedo, con esa textura que se deshace sin esfuerzo, como si llevara días perfeccionándose. Luego vino el chocolate porter cake: profundo, denso, como una conversación a media noche. Y la tarta de queso vasca… ¡qué tarta! Dorada por fuera, cremosa por dentro, con ese contraste que me recordó lo mejor del arte culinario español.

Pero lo que me conquistó del todo fue el Chocolate Mousse Cake. Capas suaves, cacao que se queda en el paladar como un eco feliz, y una textura tan delicada que parece un suspiro. Esa clase de postre que uno no quiere compartir, pero tampoco dejar de recomendar.

Detrás de esta propuesta está una historia que me encanta: un londinense que cambió el bullicio urbano por el verde entre Xalapa y Coatepec. Un hombre que, en medio de una pandemia, se reinventó tomando clases con chefs como Ravneet Gill y Nicola Lamb, y encontró en la tarta de queso vasca su sello personal. Así nació Casey, como un acto de amor por los sabores y los momentos compartidos.

Hoy, Casey no es solo una pastelería ni una cafetería. Es un espacio de calma, de encuentros, de detalles bien pensados. Aquí, cada cucharada y cada sorbo parecen tener propósito. Es, quizás, lo más parecido a un hogar que he encontrado en un café lejos del mío.

Y si tú, lector, amas el dulce tanto como yo —aunque no sepas distinguir un ganache de un coulis—, date la vuelta por Casey. Eso sí: ve con tiempo, con hambre de algo bueno, y con el corazón abierto. Porque aquí, más que postres, se sirven recuerdos.

Ah, y si eres repostero con experiencia… están buscando uno (https://form.jotform.com/231577550947870). Tal vez tu próxima gran aventura comience justo aquí: entre capas de mousse y café caliente. ¿Quién lo diría?

Lo imperdible de Casey, según Dulce Tapia

💛 Chocolate Mousse Cake
Un poema en capas. Perfecto para los días en que necesitas apapacho en forma de cacao.

🥕 Carrot Cake
Suave, especiado, equilibrado. Ideal con un cappuccino bien hecho.

🍰 Tarta de queso vasca
Mi favorita. Tiene esa textura que solo se logra cuando hay técnica… y cariño.

🍓 Mini New York Cheesecake de fresa
El tamaño perfecto para darte un gusto sin remordimientos. La mermelada artesanal le da un toque casero inolvidable.

El café
Aunque no soy barista, puedo decir que en Casey saben lo que hacen. Lo sirven como debe ser: bien extraído, sin pretensiones, y siempre acompañado de una sonrisa.

NK Coffee Casa Tostadora desde La Mandinga

Dulce Tapia

Amante del café, sin ser experta, y de la comida, sin ser experta, pero que ha viajado por todo el mundo y puede comparar los buenos cafés porque ha degustado café en los mejores lugares.

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