Guillermo del Toro no hace películas: construye universos donde lo monstruoso se vuelve humano y lo humano se vuelve sublime. Desde su debut con Cronos en 1993, el cineasta tapatío ha tejido un imaginario donde conviven la fábula, el horror y la poesía visual. Y ahora, con motivo del estreno de Frankenstein en Netflix, un nuevo análisis de Spoiler.mx revela cuál de sus 13 largometrajes puede considerarse su joya más completa.
La respuesta es contundente: La Forma del Agua (2017) emerge como su película más exitosa de todos los tiempos. Según el estudio, que evaluó taquilla global, críticas, calificación del público, premios y duración en cartelera, esta historia de amor imposible entre una mujer muda y una criatura acuática representa el punto de equilibrio entre arte y espectáculo.
Con 195.2 millones de dólares recaudados, 92% de aprobación crítica, 350 nominaciones y 138 premios —incluidos 4 premios Óscar, entre ellos Mejor Película y Mejor Director—, La Forma del Agua transformó lo raro en universal. Además, logró mantenerse 15 semanas en cartelera internacional, un logro que pocos filmes de autor alcanzan.
Más obras geniales
Pero el universo de Del Toro es vasto. En el segundo lugar del ranking se encuentra El Laberinto del Fauno (2006), una obra maestra del realismo mágico con 95% de aprobación crítica, 3 Óscares y una permanencia récord de 20 semanas en cines. Su impacto simbólico sigue siendo, hasta hoy, una brújula estética para el cine fantástico contemporáneo.
En el terreno del streaming, Pinocchio (2022) demostró que el alma artesanal de Del Toro también puede conquistar plataformas digitales. Con 97% de aprobación en Rotten Tomatoes —la más alta de toda su carrera— y más de 40 millones de visualizaciones globales en Netflix, su versión del clásico infantil reescribió los límites del cine animado.
El estudio también destacó títulos como Hellboy II: El Ejército Dorado (2008), con 168 millones de dólares en taquilla, y El Callejón de las Almas Perdidas (2021), una pieza de cine negro nominada a 4 premios Óscar. En contraste, filmes como Mimic (1997) o La Cumbre Escarlata (2015) reflejan las etapas de aprendizaje y experimentación de un creador que nunca ha dejado de mutar.
Y mientras Frankenstein debuta en Netflix con 86% de aprobación crítica inicial, el legado de Del Toro se consolida como el de un cineasta capaz de reconciliar dos mundos: el del arte y el de la taquilla.
Como buen cinéfilo, solo queda volver a mirar sus películas —esta vez con el corazón dispuesto a reconocer la alquimia que las habita— y dejarse llevar, una vez más, por la forma del agua.
“El café debe ser negro como el infierno, fuerte como la muerte y dulce como el amor”
